“CRIANZA INCLUSIVA” EN LA TRANSFORMACIÓN DE LAS MADRES
Esta nota está dedicada a mi amiga/hermana Marcela que este año fue madre
Nuestro hijos e hijas son el espejo más puro de nuestro
interior. Sin embargo seguimos buscando AFUERA alguna “palabraverdad” que nos de “soluciones” o manuales de
crianza A+B= C de cómo hacerlo “mejor”. Y aún así, la mayoría de las veces nos
sentimos cansadas y solas
Para mi esta llegando una época de maternidad semilla, una nueva maternidad
consciente, que trae implícita una gran transformación.
Uno de los procesos más críticos y profundos en la vida de
una mujer es el de volverse “mamá” y me llena de admiración la fuerza innata
con la que las madres abrimos camino a esta nueva posibilidad de hacernos
preguntas; en algún momento muy
especial, probablemente en alguna noche desconsoladas y sin saber para donde
ir, es donde nos encontramos cara a cara con ese desafío: la oportunidad
de encontrarnos y descubrirnos a través de nuestros hijos nos impulsa a mirarnos en un
espacio diferente en nosotras.
Cuanto más nos negamos a que esto suceda más lento y pesado
se vuelve el desafío y los niños son tan transparentes que van sin rodeos al
“grano” más hondo.
Damos un paso a su lado y allí está esperándonos escondido
algún temor que guardábamos antes o alguna pena. Nos ponen cara a cara con el
“personaje” que hemos montado para funcionar en el “teatro de la vida” y de
nosotras depende que eso nos sirva de “anzuelo” para quejarnos de ellos o para
mirarnos mejor.
Siento que mi hija va trazando un camino de regreso en el
que me es dada la posibilidad de repasar mi camino hasta aquí recorrido, pero
en un espacio paralelo en el que logro verme diferente y me reinvento como
mujer.
Hace mucho tiempo escribí en un diario:
Luna tiene 2
años esta noche.
El día
acaba, estamos al fin cada una en su habitación…ella está relajada con
suficiente presencia materna, me tuvo pendiente todo el día y acepta retirarse a su universo personal
mientras me deja por un rato largo con el mío. Lo recupero casi con pasión
(mientras resuelvo en 25 minutos lo que queda pendiente antes de ir a la cama: lavo los platos, preparo la
comida para el día siguiente y recojo un batallón de pequeños soldaditos
mickeys y osos de peluche)
Queda poco
tiempo para la quietud absoluta
Otra vez, mi universo y yo nos miramos, en los ojos del
otro hay un brillo especial, una manera diferente de mirarme a mi misma, un
sonido al respirar. Sin embargo no es lo mismo, el también es ahora diferente.
Recorro de mi lo esencial, me asiento en la cama con otra potencia, otro
espesor, tengo otro fuego en el pecho, otro “peso anímico” diría Bert
Hellinguer, que me hace sentir más fuerte en la tierra.
Me asomo una vez más en la habitación de Luna, está en
paz…disfruta la quietud de la que yo aún tengo que aprender, su respiración es
calmada y suave, toco su frente, inclino mi cabeza y honro su presencia.
Gracias, le repito….Gracias
por enseñarme tanto
Y apago la
luz
En este mes de las madres, deseo a las mamás del mundo
que en el interior de sus corazones puedan encontrar una humildad que les
permita estar con los hijos desde el agradecimiento y sin olvidar “asentir”
Asentir a sus propios destinos, asentir a la vida tal
cual es, asentir a lo que nos muestran y aún no vemos, asentir a lo
desconocido, a lo impensado, a lo que a veces creemos alocado, asentir a la
vida misma, ASENTIR A NOSOTRAS MISMAS.
Y sobre todo decirse internamente….SI. SI, acepto.
Te acepto como eres…me dejo llevar, estoy contigo, pase
lo que pase, hagas lo que hagas, entienda yo demasiado o no, simplemente te
acepto y TE INCLUYO, incluso en los límites…te incluyo.
En mi corazón creo que si como
madres decimos SI desde esta profundidad, un hermoso jardín de respuestas y
crecimiento florecerá a nuestro alrededor y las semillas volaran e impregnaran
otras tierras y otras madres regaran otros niños y así, lo que hagamos en
nuestra casa, en nuestro “universo”… en un rinconcito…se volverá INFINITO.
También deseo que el día de la madre sea en realidad “EL DIA
DE AMBOS PADRES” para que, desde lo profundo de nuestro amor y sea como sea,
tengamos a nuestros padres unidos en nuestro corazón y así nuestros hijos,
también puedan hacerlo.
Gracias a mi hija luna y por supuesto a su papá que me hizo
madre
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