Barcelona está de luto


niños estudiando : Chico joven se desvía de su concentración mientras estudiaHoy Barcelona está de luto.
La comunidad educativa lo está, lo estamos los padres, lo está el mundo, una vez más.

Ayer un niño de 13 años mató a un profesor, y solo a uno, porque no le dieron las manos para más. La rabia le sobraba.

Toda la comunidad educativa hizo hoy un minuto de silencio.

En nuestra escuela, donde la contención emocional se prioriza a los resultados académicos, se nos pidió a los padres compartirlo con nuestros hijos como mejor nos pareciera adecuado, comprometiéndose ellos mismos a ser cuidadosos en la manera de tratar el asunto en cada clase.

En las noticias aparecen, cómo es de costumbre, muchos mensajes:
 La comunidad entera está conmocionada, el ministro de educación “consternado” “repudia” este hecho.

Todos hablan del gran “Crimen”

Organizaciones como ASPEPC, que agrupa a profesores de secundaria, aseguran que el ataque es "la expresión más trágica de una dinámica que ha estado yendo a más, un problema estructural que tenemos en muchos institutos y que hasta ahora no se ha sabido ni ha querido afrontar: el problema de la disciplina". "La inmensa mayoría de agresiones al profesorado, verbales o físicas, suelen quedar en la más absoluta impunidad o con una pequeña sanción", denuncia este sindicato. (El Periodico)

Antes de hablarlo con mi hija Luna, reflexiono para qué y por qué hacemos un minuto de silencio.
¿Cómo podríamos compartir en nuestra familia cual es el significado de hacer un minuto de silencio hoy?
¿Lo hacemos por la muerte de un profesor? ¿Por los hechos violentos? ¿Por los heridos? ¿Por la vivencia drástica que han pasado esos niños presentes en el lugar de los hechos?

ASPEPC, ni más ni menos se despachaba declarando que el problema es la “disciplina” o la falta de ella,.

El grueso de los medios y la sociedad apunta a que el niño tuvo “un brote psicotico”
Para una breve aclaración, un brote psicotico es una ruptura de la realidad de manera temporal que especialmente suele estar provocada POR UNA FUENTE DE ESTRÉS POTENTE Y CONSTANTE EN EL TIEMPO.
También creo que cabe aclarar que un brote psicótico no se tiene de la noche a la mañana, antes de que la persona padezca un brote psicótico, se puede observar un comportamiento desorganizado
Descuido de la apariencia, forma de vestir, hábitos de higiene, aislamiento etc.

No salgo de mi asombro.
Toda la ciudad hizo un minuto de silencio, por el Gran Crimen.
Sin duda estoy plenamente de acuerdo en que los hechos fueron terribles y lamentables, sin embargo me pregunto una vez más:
¿Alguien hizo este minuto por este niño?
¿Alguien se preguntó con quien desayuno esa mañana, quién lo acompañó a la puerta de casa? ¿cómo estuvo este niño de solo para llegar hasta allí lleno de armas y vestido de camuflaje?
Cuantas noches se fue a dormir sin un adulto que le diera un abrazo?

Cuanto desamparo, cuanta soledad, cuanta violencia recibió ese pequeño niño de 13 años para llegar hasta allí con una mochila cargada de armas, nuestras armas, las de los adultos, una mochila cargada con un peso emocional muchísimo mayor que el propio.

Trago saliva antes de hablar,  tengo que decirle a mi hija que haremos un minuto de silencio hoy, pero no hemos hecho un minuto de silencio cada día en el que miles de niños son dejados en sus cunas llorando para que se acostumbren a dormir “solos” y los adultos consideramos que esos métodos “funcionan” como la Disciplina, porque dan resultados obvios que saltan a la vista del más distraído observador. El niño duerme porque se resigna, porque pierde la respuesta orgánica al estrés, porque se desconecta de si mismo y su mamá. PERO DUERME.
No hicimos un minuto de silencio con una niña inmolada en nigeria y conducida a la muerte segura de la mano de su padre, no haremos un minuto de silencio por todos los niños que cada mañana no pueden ir al colegio porque tienen que trabajar en una mina o morir lentamente de hambre.
Haremos un minuto de silencio hoy, porque un niño mató a un profesor. La comunidad educativa considera que el niño “se volvió loco”, así es como los seres humanos definimos al que está del otro bando, para que no nos toque su pena, para no asumirnos responsables, para no afrontar el dolor, para no cambiar allí están los locos, los malos, los que deben ser “castigados”.

Miro a mi hijo de seis meses jugando feliz bajo el sol en la hierba, así, pienso, así fue el profesor que ayer murió y así…así era el niño que lo mató.
Llegaron ávidos de amor y contención y se fueron solos y desprotegidos de la mano de la violencia y el desamparo.

El niño sigue vivo pero desconectó de si mismo todo lo que pudo, su dolor fue mayor.
Lo que no haya desconectado aún…de eso, se encargará la psiquiatría.

Y Nosotros?
Haremos un minutos de silencio y luego seguiremos nuestra vida, la del día a día, aquella en la que con tanta liviandad creemos que siempre es el otro, el otro tiene la culpa, el otro es caprichoso, el otro es hiperactivo, el otro tiene déficit de atención, el otro está mal, el otro necesita más disciplina?

Las escuelas más “distraídas” reforzaran la seguridad, el trato distante, la búsqueda de resultados académicos a través de más presión (a pesar de ser España de los países con mayor cantidad de tareas y no así con mejores resultados).

Afortunadamente algunas otras como la nuestra, doblegaran la mano suave y amorosa y no la “letra que con sangre entra”.

Son las 11.

Empieza mi minuto de silencio. Cierro los ojos y abrazo a ese niño en mi corazón y a esa madre y a ese padre, que muy probablemente viniendo de una historia familiar de gran desamparo lo han hecho, como todos nosotros, lo mejor que pudieron.

Y por supuesto abrazo a ese profesor  que tuvo que ser parte de la desgracia colectiva en la que niños, adolescentes y adultos, todos...seguimos desconectados 
 Y en el silencio lanzo un deseo al viento, que todos los profesores sean guiados a la disciplina del acompañamiento activo de los alumnos en el vació de los prejuicios y en el amor.





FELICES FIESTAS!!!!

Cada año recibo muchos regalos,
Regalos de la vida, de la naturaleza, regalos incluso del sufrimiento y de las posibilidades para aprender.

Las fiestas me parecen un buen momento de recogimiento y las desventajas de pasarlas lejos de mi país y  las penas que cada año se sumaban por ello, aprendí a mitigarlas con lo bello del silencio y la libertad de no estar en circuitos de consumo y comida interminables en los que me pierdo de “ver” al otro, a mi misma, de sentirme, de encontrarme y de celebrar lo que en realidad la navidad y el solsticio de invierno significan…nacimiento, puertas abiertas, transformación, RE NOVACIÓN Y RE NACIMIENTO.

Este año la vida me volvió a RE NACER y fue más o menos asi:

Venia desde dentro como un big bang, sentía en mi que muchas cosas ya se estaban sanando y eligió traspasar “el umbral” el día de los santos sanadores, el 28 de septiembre a las 5:31 de la mañana, después de un parto intenso y orgásmico en todos los sentidos, deseando que durara un poco más esa explosión reparadora y amorosa y a la vez sintiendo un dolor tan profundo en el que supe que otra vez me estaba perdiendo a mi misma, a lo que yo creía ser, a lo que tenía por seguro y volviendo a encontrarme un poco más en mi esencia.
Saltando al vació en la oscuridad de ese precipicio, sabiendo que la voz de mi marido estaba cerca, pregunté varias veces:
-¿estás ahí mi amor?
- Estoy acá respondía el y tocaba suavemente mi cuerpo casi quebrado de explosivo y doloroso Amor puro.

Ahora miro respirar a “Ciro” en paz, hace ya tres horas que descansa pleno y mi desbordante energía aún me recuerda la gran diferencia de un nacimiento propio, de un parto no robado.

Ciro llena de suavidad ese espacio en mi… aquél en el que hace 8 años vi nacer a Luna en una cesárea  dolorosa de la que pude ser poco participe, aunque amorosamente cuidada gracias a que mi amiga Leticia era quien la traía al mundo.

Me siento esta navidad plena de natividad y de amoroso re nacimiento
soy otra…otra vez, una segunda vez renaciendo para Crecer criando a mis hijos.
La dolorosa y maravillosa vorágine de un parto respetado y sentido plenamente sin más medicación que unas flores de bach, las palabras de las mujeres sabias alrededor de mi en el calor de casa y en el color del amor de Salvador, hacen de mi un océano de fuerza.

Cada año me gusta recordarme que no es a comprar o regalar a lo que nos encontramos, sino a renacer y a disfrutarnos. A celebrar los nacimientos y a respetar a aquellos que han nacido hace menos tiempo que nosotros, los NIÑOS.

Respetar sus tiempos, sus sabores, sus ganas de jugar más que de pasar largas horas hiper estimulados o exigidos.
Recordarnos a nosotros quienes éramos más cerca de lo que pensamos que deberíamos ser o que deberíamos haber sido o haber hecho.
RE cordar….volver a pasar por el corazón, como dice Galeano
la MARAVILLA DE ESTAR VIVOS Y QUE NOS DURE TODO EL AÑO.

Gracias a los que me acompañan de cerca, más allá de las redes y los enredos, a los que me tocan de cerca y me viven y vibran sus vidas a mi lado y me llaman y me besuquean y me babean incluso a la mañana…gracias. Sin ustedes mi vida estaría tan vacía.

Gracias a Salvador que me vio nacer otra vez este año con nuestro hijo y riega cada día las semillas con ardua labor.

Gracias por el regalo de mis hijos hermosos

Y Gracias a las increibles mujeres de Neixer a casa que me acompañaron a nacer

Garcias a mis mejores amigas en el chat de buenos aires, por tirarme buenísimos aires todo el tiempo y también sostenerme de infinitos modos y a todas horas.

Gracias a mis nacedores padres por saber la importancia de hacer más presencia que regalos.
Gracias a mi mamá por mil días de abuela en navidad, armando árboles naturales y cocinando con amor para que mis hijos se acuerden de lo importante de jugar.

Gracias a la vida que tiene a Dianita en lo más sano de su corazón latiente y la guarda bien protegida y la impulsa a lo mejor de si para sanarse. Gracias porque tengo las mejores mejores amigas del mundo que son mis hermanas.

Les deseo a todos estas y más enormes felicidades, a quienes conozco de cerca y de lejos, en red o en piel, a quienes viven o no en mi país y en otros que también son mios y de todos, les deseo la plenitud de tocarse entre ustedes, de sentir un abrazo real, de tener buenos amigos, de pasar unas fiestas sin caretas.

Les deseo la plenitud de tener trabajos apasionados en los que disfrutar el día a día. Les deseo que vean el dinero como una energía más y que si falta sepan generarla, les deseo que recuerden en cada crisis las posibilidades de cambio y re novación.

Renacer a la plena integridad
Y conciencia

Felices fiestas a todos

Gracias Vida por darme tanto

Esta es una nota de mi alumna de Crecer Criando y gran diseñadora Gabriela Marchevsky.

La sencillez con la que transmite su búsqueda auténtica de una vida más despacio para disfrutar con sus hijas me encantó y la comparto, gracias Gaby!!!



Slow Life

Hoy he tenido un Dios aparte, o un ángel que me resguardó a mi y a mi familia.
Estos días he pasado por diversas enfermedades de mis nenas, golpes y porrazos míos, ataques de nervios, una gripe que aun se supone que la tengo aunque, ahora de la impresión no la siento.
He querido hacer todo rápido ser eficiente, estar al loro en todo y me ha salido el tiro por la culata con tanta suerte que aquí estoy contándolo.
Explotó mi olla a presión, por llenarla mucho, ya me lo habían advertido pero probé suerte ya que en otras ocasiones no había ocurrido nada y porque quería cocinar rápido, pasear a la perra para que no ensucie adentro, tener la casa lo mas ordenada posible, atender a las nenas, dales su merienda, cuidar a Luciana que tiene gripe al igual que yo. También descolgar la ropa, poner otra lavadora, tener la cena lista en 1 hora, darles de comer y acostarlas pronto para tener tiempo a la noche para ponerme a trabajar y mientras movía la ropa de lugar estaba pensando en todos esos trabajos que tengo pendientes y en lo mucho que debo adelantar ya que los clientes están apurados, siempre apurados, elegí una profesión en la que todos necesitan las cosas para ayer. Excepto cuando tienen que pagarte. Pero no nos metamos en esos royos.
Y BOOOMMMM….
…. toda la cocina llena de sopa y vapor, bajé de la terraza con las piernas temblando, no me animaba a meterme a la cocina, les dije a las chicas que no se asomaran, por suerte estaban lejos en el comedor, hasta que me atreví a entrar, coger la olla y ponerme a limpiar el desastre.

Lo que quiero decir es que desde hoy tomaré el concepto de Slow Food y de Slow Maternity (Eli Lanzillotta) para extenderlo a Slow Life, que seguro alguien ya lo ha inventado.

No se puede ser una super woman solo con 2 brazos y no queda estético implantarse mas, además que cerebro los controlaría!!!

Cada cosa lleva su tiempo, tiene un proceso de maduración y hay que dedicarle atención absoluta a cada cosa que se hace. Estoy haciendo algo y pensando en lo que todavía no hice o en la película de ayer x la noche.

Por otra parte Que le den a los apurados, las cosas bien hechas no se hacen en 2 minutos y sin amor. Que les den a las empresas que quieren eficiencia en el menor tiempo posible, pagando lo menos posible . EL + x – no existe o por lo menos no sale bien.  Algo incompleto hecho con estrés y poco disfrute, en síntesis poco amor, no vale para nada.

Gaby

INFANCIA, LA EDAD SAGRADA


AMIGOS COMPARTO ESTA ENTREVISTA DE EVANIA REICHERT QUE CONSIDERO MUY INTERESANTE. UN ABRAZO! ELI


Evânia Reichert:

También los adultos deben conocer sus límites a la hora de educar y relacionarse con la infancia.

Evânia Reichert es escritora, periodista y profesora del Programa SAT, creado por Claudio Naranjo. Se declara de izquierdas y ecologista pero está convencida de que la auténtica revolución empieza por educar bien y que la inteligencia no depende tanto del adn como de los besos y abrazos que recibimos en la infancia -y también a lo largo de la vida. Lo explica en detalle en su libro “Infancia, la edad sagrada”, de Ediciones La Llave.


¿Cómo influye en la construcción del cerebro el afecto que se recibe en la primera infancia?

Aunque la investigación que llevo a cabo sobre el desarrollo del niño es esencialmente interdisciplinar, creo que también es importante poner de relieve este tipo de información. Sobre todo porque la neurociencia aporta una contribución muy concreta, comprensible para cualquier persona, y también para satisfacer a los que necesitan "evidencias científicas" para entender la urgencia de la prevención biopsicológica, el binomio salud-educación y la interacción entre el cuerpo, la psique y el ambiente.
El contacto corporal afectivo genera bienestar y esa sensación agradable libera una hormona que estimula la sinapsis, las conexiones entre las neuronas y la formación de redes neuronales, promoviendo aún más el desarrollo temprano del cerebro. Del mismo modo, también la hormona del estrés, el cortisol, puede ser crucial para la promoción de la poda de las sinapsis, causando déficit en el desarrollo y las matrices de la depresión y la ansiedad, algo que puede marcar negativamente la constitución psíquica de una persona. En las últimas décadas, la neurociencia ha demostrado con pruebas de tecnología punta la relación directa entre el afecto, el desarrollo temprano del cerebro, el estrés y la depresión. Pero nada de esto es nuevo. De hecho, el psicoanálisis y sus herederos siempre hablaron de todo esto, en el campo de la subjetividad. Lo importante es que hoy en día tenemos más evidencia de que en los primeros años de vida la maduración biopsicológica, alimentada por el afecto, da lugar a virtudes como la capacidad afectiva y el sentido humanista, el reconocimiento mutuo y la alegría. Estas contribuciones abren, aún más, nuevas vías para el trabajo de prevención de los trastornos biopsicológicos, incluso entre personas que no tienen en cuenta la subjetividad de los niños como un tema importante. Desde el año 2000, la Organización Mundial de la Salud ha insistido en la urgencia de la prevención en la infancia como una manera de hacer frente al crecimiento de la depresión y la hiperactividad en la infancia, la adolescencia y la vida adulta.
 

¿Qué transmitimos en la gestación?

En el pasado se creía que el útero era un lugar seguro y tranquilo, pero hoy se sabe que muchas veces el ambiente uterino puede ser un lugar de tensión y ansiedad. La gestación es el período de la formación del temperamento carácter, que es innato, una mezcla de la genética y las condiciones emocionales del ambiente uterino. Lo ideal sería que el embarazo fuera muy tranquilo porque el bebé recibe a través de la placenta, toda la carga de ansiedad y el estrés que vive la madre. Del mismo modo, el niño en formación recibirá las sensaciones océanicas de tranquilidad y bienestar, siempre que la madre esté saludable y tranquila. Este no es un compromiso sólo de la madre, sino todo el entorno social: el respeto y el celo con el estatuto especial de una mujer embarazada, por el simple hecho de que lleva una nueva vida en su vientre.

¿Qué transmite específicamente la madre?

El bebé siente lo que siente la madre. Una mujer embarazada puede transmitir muchas cosas a su hijo, tanto positivas como negativas. El feto, el bebé y el niño pequeño son expertos en captar el inconsciente parental, la energía del ambiente, la tensión o la paz que está en el aire. La madre transmite su amor a su bebé, su paz, la aceptación de que se le desea, las conversaciones de amor con él, los nutrientes y la atención a la dieta y la salud en este período. Del mismo modo, una madre ansiosa también pasa al feto la ansiedad, y más tarde en la lactancia, la leche también puede perderse debido a la tensión emocional vivido en la familia. Un bebé en gestación en un útero muy agitado tiende a estar muy agitado después, insertándose este rasgo en su carácter. El autismo también puede venir del embarazo, aún no se sabe cuáles son sus causas, si son genéticas o ambientales, pero es un comprometimiento que se da en el inicio de la vida, así como también la psicosis.
 

¿Qué transmite el entorno?

El entorno afecta a la unidad materno-infantil, promoviendo la tranquilidad y el bienestar o la angustia y la tensión. Todos en la familia, en la guardería, la escuela o en el medio social, deben velar por el desarrollo inicial de un niño como algo sagrado.

La llegada a este mundo, ¿es un entorno inhóspito, por mucho que lo dulcifiquemos?

Podría no ser inhóspito, pero aún así, la mayoría de las veces aún lo es. Yo digo que sigue siendo inhóspito, porque creo que un día estas conductas sin humanización serán vistas como una limitación, como algo impensable que sucedió en el pasado. En la mayoría de los hospitales, al menos en los países que siguieron el paradigma estadounidense de medicalización del parto - como es el caso de Brasil - los procedimientos de rutina del personal del hospital se realizan inmediatamente después del nacimiento, incluso si el bebé es fuerte y está bien , aunque no es una necesidad vital. Antes de que el bebé se quede con la madre, el equipo médico practica los procedimientos de rutina: el peso, la aspiración repetida de la vías respiratorias, exposición al ruido, tacto grosero y abrupto, etc. Es decir, la subjetividad del niño y su madre no es prioridad, incluso cuando está bien. En Europa, el paradigma ha sido siempre el nacimiento con un mayor respeto a la madre y el bebé. Sin embargo, el aumento del número de partos por cesárea en muchos países europeos es alarmante y muestra un cambio, yo diría un retroceso. Por todas estas razones, es importante y urgente que se hable de la humanización del parto y del periodo postnatal. Hay nacimientos, aunque el riesgo sea el normal, que se convierten en un momento de violencia impresionante, porque no hay una conducta de humanización. El momento del nacimiento es el primer registro - somático – de cómo es el mundo al que llegamos. Es necesario reducir al máximo el impacto del pasaje entre el espacio intrauterino y el extrauterino, ya que este momento es ya de por sí impresionante. Humanizar el parto significa no sólo la reducción de las cesáreas, sino la humanización de todo el proceso de nacimiento, respetando la subjetividad de la madre y del bebé. Este es un momento sublime. Quien se dedica a atender partos, también debe mirar este momento desde un nuevo paradigma: el de la humanización. Vivimos en un tiempo magnífico en el que podemos desarrollar la humanización tanto en lo que respecta al personal médico y comadronas como también a la tecnología y recursos médicos, cuando sean necesarios.

¿Cómo facilitar la adaptación del bebé a la vida fuera del útero materno?

En el primer mes, sobre todo en los primeros diez días de vida, es necesario el respeto al estado de extrema sensibilidad del bebé, que aún se encuentra en un estado similar al intrauterino. Por supuesto, es un momento de fiesta y alegría para toda la familia, pero para cultivar la autorregulación y el respeto biopsicológico hacia este nuevo ser, hay que preservarlo de todos los excesos, porque todavía es muy sensible. Creo que los padres deben acordar con amigos y familiares que las visitas se pospongan, o se reduzcan y organicen para después de los 15 primeros días, de modo que la casa tenga intimidad, tranquilidad y, sobre todo el silencio. Hasta 28 días de vida el bebé es todavía un recién nacido. Este tiempo también hace posible que la madre y el padre puedan apropiarse del intenso proceso que es aprender a cuidar a su bebé y entenderlo. Como ya decía Winicott, es en el silencio y la relajación donde el bebé comienza la integración gradual de soma y psique. Poco a poco, el bebé va a adaptándose y saliendo de su interior hacia el otro. La visión de Wilhelm Reich entiende que el núcleo psicótico se forma a temprana edad, debido a la imposibilidad de la integración y la falta de contacto profundo entre el bebé y la madre, o con la persona que cumple la función materna.

¿Cómo podemos transmitir confianza en el bebé para afrontar la vida más tarde, en la infancia y en la etapa adulta?

La confianza, que es la fe en sí mismos y en la vida, es la primera virtud que desarrollamos ya en el inicio de la vida. Eric Erikson trajo este mapa correcto y orientativo sobre la crisis normativas de cada edad. Indicó que la confianza básica se constituye en el primer año de vida, como resultado de la atención temprana y buenos vínculos entre los padres y los bebés. Su polaridad, la desconfianza básica, puede llegar a ser dominante cuando el niño no ha sido cuidado y atendido en sus necesidades emocionales básicas. Estos son puntos clave que deben ser conocidos y fortalecidos en el sentido común, a nivel popular. Cada vez es más urgente trabajar con la prevención de los trastornos biosicológicos. Actualmente, tenemos un crecimiento significativo de los episodios psicóticos, y en veinte años, según la OMS, la depresión será la enfermedad dominante en todos los países, superando el cáncer y las enfermedades cardiovasculares. Cuando la sociedad entienda que la matriz de la depresión es oral, o sea, que ya está inscrita como enfermedad desde el inicio de la vida, la prevención biopsicologica pasará a ser un asunto muy urgente para evitar la agravación de esta que ya es una calamidad mundial. En los primeros años de vida si el niño tiene la suerte de recibir un buen trato, y cuidadores suficientemente buenos, podrá formar una especie de fondo de reserva para el resto de las etapas de la infancia, la adolescencia y la vida adulta.

¿Cómo acompañar en el desarrollo a lo largo de la infancia?

Me encanta la metáfora "los árboles no dejan ver el bosque". Creo que esta es una buena frase para que nos trabajemos. Ver sólo el árbol, o ver al otro de forma reducida, es nuestro gran problema hoy en día: no vemos la totalidad, la totalidad de las cosas. Por lo tanto, es urgente educar a los adultos, porque realmente reproducen las marcas de su infancia en sus modos de educar. Wilhelm Reich creó el primer proyecto de prevención de las neurosis, en 1920, en Austria, y dijo que el adulto tiene que autoconocerse para no ser tan automático en esta reproducción de los patrones recibidos de la familia de origen. Claudio Naranjo aportó después todo un estudio completo sobre el legado del patriarcado que cargamos en nuestro propio legado de educación.
Debemos tener la humildad y la grandeza de reconocer esto, si no, no vamos a salir de esta crisis. La escasa importancia que se le da a la subjetividad de un niño, desde el momento del nacimiento hasta la edad adulta, es la manifestación más clara de cuán adentro estamos aún de una sociedad patriarcal. Está en quiebra y en colapso, por suerte, pero todavía en vigor. El cuidado de los niños es una cuestión de ciudadanía. Para cambiar el nivel de conciencia de los adultos con respecto a la determinación del cuidado biopsicológico con las nuevas generaciones, para pensar en la construcción de un mundo más humano y menos violento, es necesario aprender lo que necesita un niño, en qué se está formando en cada edad desarrollo, de modo que se pueda estimular en la medida justa, cultivando la autorregulación en la educación.

¿Se puede “enseñar” a ser una buena persona, a amar, a confiar en la vida?

Creo que esto puede ocurrir a través del cultivo del respeto biopsicológico, el respeto al tiempo del niño y de buenos vínculos en la relación adulto-niño, niño-niño, adulto-adulto. Los niños amados y respetados realmente se convierten en buena gente y serán buenos padres, buenos cuidadores. El fondo de reserva recibido en el inicio de la vida, el reconocimiento mutuo y la afectividad desarrollada serán pilares para convertirse en seres humanos humanizados y no brutalizados.
 

¿Cuáles son los principales errores que deberíamos evitar en la educación en la infancia?

Las recetas y consejos sobre lo que está bien o mal, hablando en la educación y cuidado de los niños, son un peligro. Este es uno de los grandes males de nuestro tiempo, creo: los recetas y la desconexión con el conocimiento esencial. Tenemos miles de publicaciones que son recetas para la pronta resolución de los problemas educativos. Literalmente hablan de cómo educar a un niño de un año, dos años, cinco años, 12 años. Cómo hacer que coma, cómo hacer que duerma, cómo hacer que amen... Las recetas de aplicación generalizada, sin tener en cuenta la subjetividad de cada niño, cada familia, cada cultura, pueden ser muy perjudiciales. Un ejemplo absurdo que circula por ahí es la peligrosa frase: "deje que el bebé llore hasta que se duerma, para que aprenda a dormir solo." Un bebé, un recién nacido o un niño de cinco o seis meses, es incapaz de explicar el desgaste psicológico que esto le provoca. Tiene que ser servido en sus necesidades. Si le dejamos llorar, va a terminar durmiendo, pero sólo después de haber llorado mucho, de haberse colapsado. El bebé va a registrar que no tiene sentido pedir más, que no va a ser atendido en su necesidad. O bien se agitará hasta el extremo, cuando necesite algo. Es importante saber que cada niño tiene su propia historia y ninguna regla se aplica a todos. Las recetas sirven solamente para resolver un problema inmediato y no para pensar en la formación integral de la persona. El otro inconveniente es que, a través de dichas recetas, se evita que los padres piensen, estudien y tomen posesión de su sabiduría maternal y paternal, que conoce desde las entrañas y el corazón lo que es mejor para su hijo. Yo creo que conociendo las etapas de la infancia, cultivando la autorregulación en materia de educación, trabajando para no reproducir de forma automática las neurosis del adulto en el más pequeño, acertaremos más y nos sentiremos menos culpables de la violencia cotidiana que ejercemos con nuestros hijos. O incluso, de la violencia que los niños ejercen con los padres y profesores, fortaleciendo el filiarcalismo que a veces se ejerce en el interior de los hogares. Esta es otra manifestación del fracaso de prácticas educativas sin consistencia, que sólo hacen lo contrario de lo que vieron, andando al revés. En lugar de simplemente querer hacerlo bien, lo mejor es sensibilizarse, aumentar la conciencia, crecer como persona, buscar maneras de construir una nueva maternidad, y paternidad que cultiven el respeto biopsiocológico y el amor como una pedagogía relacional.

La disciplina, tener en cuenta a los demás, ¿dificulta o desarrolla la sensación de libertad?

Los niños respetados son pacíficos y respetuosos. Los pequeños necesitan mucha libertad para expresarse, pero también de límites amorosos que promuevan el sentido de autorregulación biopsicológica en sus aspectos organísmico, psicoafectivo y psicosocial. Los límites son esenciales para que exista respeto personal e interpersonal. Este es el gran problema hoy: la falta de respeto por sí mismo, el otro, a la naturaleza, entre muchas otras cosas. Sin embargo, cabe señalar que antes de hablar sobre los límites a los pequeños, tenemos que hablar acerca de los límites de los adultos. Estos, en su mayoría no han aprendido todavía a tener límites en su modo reactivo de tratar a los niños y niñas. Movidos por sus heridas de la propia infancia, los padres y los educadores tienden a ser muy reactivos y automáticos en sus formas de actuar y entender al niño, sin tener en cuenta la subjetividad de los niños en cada edad. Wilhelm Reich dijo que los adultos tienen una compulsión a educar, lo que traduce muy bien el comportamiento promedio de los padres y educadores, incluso en nuestros días. Hay una cierta pretensión adulta de hallarse siempre en lo correcto en relación con los niños. Reich afirmó y, más recientemente, Claudio Naranjo también: hay que educar al educador - ya sea madre, padre, maestro o cuidador -, pues el adulto reproduce las marcas de su infancia en su manera de educar. La expresión “dosis óptima”, procedente de Reich, se refiere al cultivo de la autorregulación en la educación de un niño, lo que requiere que el adulto y el entorno social también se autorregulen.

¿Cómo ayudar al niño o a la niña a que construya una imagen de sí misma positiva sin que acabe siendo esclava de esa imagen?

Comprendiendo que la autoestima se forma a lo largo de las fases de la infancia, desde el primer año de vida: en primer lugar surge la confianza en sí mismo, y después la autonomía, la estima por su identidad sexual, operacional y existencial. Yo creo que la discriminación entre los valores fundamentales y valores pseudosociales es determinante para que el niño aprenda la diferencia entre el amor propio y la vanidad, el consumismo y la necesidad real, la cooperación y la competencia, por ejemplo. Apoyarse en los valores fundamentales da consistencia a la estima personal. El cultivo de la autorregulación en la educación, es decir, el respeto biopsicológico y vínculos suficientes buenos, aliados con los propósitos de la educación para el ser y el convivir, propuestos por Edgar Morin, son una buena manera segura de llegar a un mundo más humano, más justo y menos enfermo. Como dice Claudio Naranjo, en este momento histórico el renacimiento se dará por la vertiente de lo psicológico. Y esto parece cada vez más claro,  pues la crisis actual es de naturaleza psicológica y de proporciones sin precedentes. Basta con mirar el creciente consumo de drogas psiquiátricas, el impresionante aumento de episodios psicóticos, la adicción a las drogas alarmante, la depresión y la crisis existencial de este tiempo.

¿Cómo ayudar a una criatura para que esté abierta, en el presente y en el futuro, a los cambios de la vida y de sí misma?

Promoviendo el desarrollo del ser, la libre expresión respetuosa, la autenticidad, la creatividad, las relaciones humanas. Permitiendo que el niño entienda que las pérdidas son parte de la vida. Permitiendo que sufra, cuando eso se deriva de los hechos de la vida, dejando que exprese su dolor y acogiéndolo. Una vez más, insisto en esto: no existen modelos o recetas a seguir. Tanto un niño sano, como un niño enfermo o un hijo discapacitado o un adolescente o un joven o un adulto o un anciano, todos nosotros siempre necesitamos lo mismo: ser vistos y reconocidos en nuestra individualidad, sin estigmas, con respeto y amor.

¿Cómo transmitir unas creencias y actitud flexibles (contra la rigidez de pensamiento), de amor y confianza en la vida?

La rigidez en el pensamiento y en las relaciones es la propia rigidez del carácter. Cuanto más patológico es el carácter de una persona, más rígido es. Cuanto más autorregulada y saludable, más flexibles serán sus creencias y actitudes. Podemos hacer mucho por la apertura y la flexibilidad biopsicológica de las nuevas generaciones si nos fijamos en la infancia con un sentido de la prevención de los trastornos psicoafectivos y psicosociales. La prevención comienza desde el nacimiento por medio del respeto a la subjetividad de la madre y del bebé. La fluidez es una habilidad desarrollada cuando hay respeto biopsicológico, cultivo de la autorregulación y buenos vínculos entre el niño y la familia en todos los años de la infancia. Hecho esto, los años siguientes serán más fluidos, aunque las condiciones de vida se vuelvan difíciles. Después de todo, hay un fondo de reserva, hay una base psicoafectiva para seguir adelante.

 

El libro:

Infancia, la edad sagrada.
Ediciones La Llave.

La autora:

Evânia Reichert




Entrevista realizada por: Marié Morales.

IDEAS CREATIVAS A LA HORA DE PONER LIMITES


CRECER CRIANDO- LIMITES PARA FAMILIAS CONCIENTES


EL MEJOR MODO DE EDUCAR A NUESTROS HIJOS ES EDUCARNOS A NOSOTROS MISMOS

Aun me sorprende la premisa de “saber previo” con la que los adultos nos situamos frente a los niños. Creo fervientemente que esto es lo que nos deja a todos “fuera de juego” de la posibilidad de nombrar  lo que sucede sin juzgarlo y de aportar a nuestros hijos la mayor cantidad de herramientas para que afronten la experiencia de la vida como tal…pura experiencia.
Si deseamos tener una familia conciente no podemos escapar a la importancia de recordar que NO SABEMOS NADA, que no somos mejores frente a nuestros hijos, que no siempre tenemos la respuesta adecuada para cada cosa.

Muchas familias en la búsqueda de encontrar una crianza más conciente nos preguntamos sobre el tema de los límites.
La labor paterna/ materna tiene la importante función de nutrir, guiar y contener . También debemos recordar que los límites son una parte inherente de la vida y la vida misma es quién los va mostrando paso a paso. Si tenemos la capacidad de guiar y contener ese proceso amorosamemte todo parece mucho más facil y fluido. Cuanto más nos empeñamos en forzarlo más difícil se hace para grandes y pequeños.
Quienes “educamos”, tenemos que mirarnos y reeducarnos otra vez, antes de enfadarnos porque tal o cual tarea no está realizada de la manera que a nosotros nos parece “adecuada”.
En la vida cotidiana con los niños, quizás sería interesante anteponer varios “plurales solidarios” a los constantes modos imperativos con los que creemos o pretendemos “guiar” la vida de nuestros hijos. Siempre es mucho más productivo para todos un solo “vamos a lavarnos los dientes” antes que quince “ ve a lavarte los dientes” , sucedido por supuesto de los posteriores “castigos” porque evidentemente no logramos nuestro objetivo y por supuesto el plural refuerza mucho más la autoestima y sensación de contención de nuestros hijos.

ES hora de que nos preguntemos padres, maestros y educadores que ha faltado? Que se nos ha pasado por alto? Donde estuvo nuestro fracaso para poder comunicar a nuestros pequeños aquello que creemos indispensable y porque en cambio nos encontramos todo el tiempo luchando en un tira y afloje sin sentido.

Mi hija de 5 años comenzó a ir a natación hace poco. Comparado a la dinámica que en su colegio de educación libre  (escola dels encants) suele haber en las clases, quizás esta clase tenía un modelo más “habitual” de funcionar. Al salir le pregunté como le había ido y me respondió lo siguiente:
-la clase estaba bien mami, pero los profesores lo hacian todo como muy complicado.
-Porqué Luna?
-Y… porque había que hacer filas para todo, los niños peleaban por estar primeros en la fila y los profesores para que los niños no se salieran de la fila


Os podeís imaginar que catedra de educación tan lúcida y básica me impartió!!! Es tan simple que si hiciéramos esfuerzos por aprenderlo de memoria nos costaría!!!

También los padres tenemos “pocos límites”, normalmente nos olvidamos de la posibilidad de que los hijos son nuestro propio espejo, proyectamos en ellos lo que no nos gusta o no podemos ver en nosotros mismos y entramos “en campo de batalla” con  niños y adolescentes en lugar de propiciar terrenos cooperativos entre todos y de preguntarnos qué hemos hecho para construir el espacio que habitamos y la comunicación que utilizamos.

Cómo siempre prefiero dedicar el tiempo de estas palabras para dar al menos algunas ideas para constituir familias concientes con las bases de lo que llamo “crianza inclusiva” Sugiero probarlos lo más científica y prácticamente posible, es decir con base en la experiencia y sin olvidar que la “paciencia es la madre de la ciencia”

Revisar algunas escenas en la vida cotidiana:
Es común que niños y adultos lleguemos a casa cansados, la mayoría de las veces con hambre y habiendo pasado más horas desconectados de lo que nuestro corazón y cuerpo podían tolerar. Los adultos lo disimulamos. Hemos aprendido a seguir adelante, a no escucharnos, a seguir más la cabeza que el corazón. Sin embargo los niños son implacables en ello. A veces llegamos a la instancia en que padres e hijos hemos pasado tiempo comprando, cansados, con hambre, sin escucharnos. Estamos todos enfadados, los niños comienzan con el famoso y estandarizado “berrinche” al cual los adultos en general ponen en práctica la famosa etiqueta de: se porta tan mal, este niño necesita límites.
Mientras tanto nuestro querido “hijoespejito” nos muestra que por el momento hay hambre, sueño y desconexión y nos lo muestra como puede. Es fácil enfadarse o reñir al niño, sin embargo a largo plazo esto es mucho más costoso… se los aseguro. Quien es el responsable de llegar a esa instancia?. Una simple revisión de estas y otras situaciones nos ayudarían a dar marcha atrás antes de tiempo para que  los límites de hambre o cansancio sean mucho más evidentes para los adultos y nos ayuden a PARAR A TIEMPO antes de la necesidad de los berrinches o los pedidos desplazados a las chucherias o las compras.

El siguiente ejercicio lo denomino:
Te  miro (ejercicio para ayudar a mantener una atención exclusiva y tomar responsabilidad en los asuntos de la familia)

A muchas madres nos cuesta conectar a fondo. Venimos de historias de mucho desamparo (como ampliamente explica Laura Gutman, entre otros) y nos es muy difícil mantener nuestra atención exclusiva con los hijos. Creo que esto podemos detectarlo muy fácilmente a través de la mirada. Si estamos desconectados nos cuesta mantener la mirada con otro. Los hijos nos “llaman” incontables veces durante una tarde (si hiciéramos la prueba con una grabación en casa nos asustaríamos de escucharla luego). Propongo así, utilizar la mirada como punto de anclaje. TE miro. Si nos cuesta, también podemos decirlo a nuestros hijos cuando piden algo: te miro. Eso nos servirá a nosotros como llamado de atención y también a nuestros hijos como punto de referencia para saber que estamos conectando.


Ser honestos y pedir disculpas
Cuanto nos cuesta realmente mirarnos adentro, hoy en día enfrentamos con más facilidad una visita al médico clínico que nos receta un antidepresivo o un ansiolítico, de lo que nos comprometemos en un proceso de indagación de nuestra propia realidad y nuestra historia de fondo. Pareciera más fácil y por cierto mucho menos doloroso, tomarnos una pastilla, pegarle un grito a un niño o ponerle una etiqueta de “mal-criado”, llevarlo al pedagogo de la escuela porque el o ella “tiene” un problema,  que hacernos al menos un par de preguntas de fondo. Creo que si no nos conocemos a nosotros mismos es imposible que pretendamos lograr relaciones profundas y claras y convivir con unos niños y adolescentes relajados y en paz con lo que hay; viviendo su experiencia y libres de etiquetas que  los encasillen.
Siempre digo que sería importante “proteger a los hijos de nosotros mismos”. Si  ya conocemos bastante nuestras debilidades…para que tenemos que disimularlas ante nuestros hijos? No se trata de que les cuente todas mis penas ni mucho menos. Sin embargo si se que me cuesta mantener mi atención exclusiva puedo decir por ejemplo: “me distraigo con facilidad, te miro, si me distraigo me avisas”, entonces ya tenemos esa clave, en cuanto yo desconecto mi hij@ simplemente TIENE LUGAR PARA NOMBRARLO.
Tengo una alumna a la cual su hija de 9 años, le toca un punto en la oreja que entre las tres hemos acordado, cuando no la está escuchando. No es garantía…se repite y ella vuelve a no escuchar, pero la niña tiene claro que mamá está en ello, que estamos todos aprendiendo, que su madre se hace cargo de su propio aprendizaje y de su propio crecimiento y ella se queda libre para jugar. Desde el proceso ha dejado de hacer berrinches y despertarse con miedo por las noches, verdaderas preguntas que se hizo su madre en un proceso terapéutico profundo y un punto en la oreja que sirvió de alerta!!

Seguro que los “viejos mecanismo” vuelven a activarse una y otra vez, sin embargo es menester tomar nuestra total responsabilidad en los asuntos que generamos en nuestra familia y sobre todo…aunque nos parezca tarde, saber pedir disculpas es de vital importancia. Porque esto libera mucho peso y también nos recuerda a todos…que TODOS, ABSOLUTAMENTE TODOS, ADULTOS Y NIÑOS…ESTAMOS SIEMPRE APRENDIENDO Y POR SUERTE TAMBIEN GRACIAS A LOS ERRORES LLEGA EL APRENDIZAJE. Si esto lo transmitimos a nuestros hijos, en lugar de bloquear la experiencia o catalogarla diciendo: lo has hecho mal, reforzaremos su capacidad de aprendizaje y autoestima simplemente mostrando que nosotros podemos equivocarnos y por supuesto…ellos también.





Tiempo al tiempo - MOVIMIENTO SLOW MATERNITY - Caminos a la conciencia


El movimiento slow food que nació para contrarrestar el fast food y la fast life, impedir la desaparición de las tradiciones gastronómicas locales y combatir la falta de interés general por la nutrición, los sabores y las consecuencias de nuestras elecciones alimentarias recupera el acercamiento al alimento y la nutrición de manera que toda la vida se modifica a través de esto.

En los mismos parámetros de mantener una vida “FAST” (rápida y urgente) es donde nuestros hijos se quedan con la lengua afuera desde antes de nacer.
Desde el ritmo de vida que llevamos las madres embarazadas trabajando hasta el último segundo hasta los mil estímulos visuales y sonoros que existen en las salas de parto, ni bien “cocinados”, los bebés nacen rodeados por una marea de estrés y exigencia.

Madres y padres nos encontramos muy solos frente a las exigencias que hoy en día enfrentamos sobre todo en las ciudades tanto económicas, físicas como emocionales y demás. Ya no hay comunidad de vecinos, ni abuelos disponibles para repartirse el tiempo con los niños.

También tenemos una prisa exacerbada incluso porque aprendan determinadas habilidades que el vecinito ya domina, desde la época del gateo las madres estamos preocupadas por si nuestro hijo desarrolló o no las habilidades motoras necesarias y a pesar de que anatómicamente sería ideal no forzar a los niños en lo más mínimo para que caminen o se coloquen en posición erguida, nos esmeramos en hacer de cuenta que caminan de la manito desde incluso los 6 meses o en ponerlos de pie en nuestros muslos con la excusa de que “el lo pide, mira, el solito se pone de pié”.
Realmente los niños piden explorar y moverse, ni más ni menos, Pero la mineralización avanza de forma proporcional durante el crecimiento y es necesario un complejo funcionamiento hormonal para que se vaya estimulando la formación de “cartílago”, aunque nos empeñemos en poner al niñito de pie lo único que causamos es que esa musculatura en crecimiento se sobrecargue antes de tiempo.
Este “ANTES DE TIEMPO” nos sucede con casi todo: los pañales, dejar la succión, dejar el pecho, meter la cuchara en la boca, ingerir algunos alimentos, lograr una cierta autonomía emocional, desapegarse de los objetos…mamita incluida, etc, etc.


Sin embargo todos llegamos a desarrollar las habilidades necesarias para la supervivencia con un poco de apoyo y contención. El otro día un papá de dos niños de seis y dos años me comenta: Con el mayor ya ha pasado lo peor…pero el pequeño es más trabajo…uy con esto de dejar los pañales!!!
El pequeño tenía dos años!!!(esta claro que es más trabajo, pero… por los pañales?) Insisto siempre en que lo que es un esfuerzo para los padres lo es para el niño.
Como es verano, a papá lo habían convencido de que antes de ir a la guardería su hijo debía tener control de esfínteres. Las crías humanas igual que cualquier otro animalito controlan con naturalidad sus esfínteres antes de los 7 años.
Cuando quise que mi hija pasara unas horas en la guardería con más niños ella tenía dos años y medio (era verano). En la reunión la maestra me aclaró que “la niña no podía usar pañales al comenzar el curso”, con una guiñada de ojo elocuente, como si ambas fueramos compinches en contra de una pequeña en pañales.
La guardería era pública, creo que es un dato importante al menos en España, porque conseguir sitio allí ya era una proeza y supongo que no muchas mamás pueden arriesgarse a perdérselo y por “miedo” acaban aceptando condiciones inapropiadas para sus hijos.
Yo devolví la sonrisa:
-Mi hija usará pañales hasta que ella lo decida, yo no tengo problema en que los use y se los compro. Si ustedes no la aceptan la llevo a otro lado. Qué hacemos? Pregunté con mirada inocente.
-Así descubrí que LEGALMENTE NO SE PUEDE RECHAZAR A NINGUN NIÑO PORQUE NO CONTROLE LOS ESFINTERES!!! Y por supuesto la maestra la aceptó muy de buena gana.
Acabados de cumplir los tres, con mi ultima bolsa de pañales entrando por la puerta ella decidió a la noche que ya no los usaba. Nunca se hizo pis, no peleamos por bragas mojadas, no hubo rincones sucios ni colchones arruinados y sobre todo…no hubo músculos resentidos que condicionan el resto de vida útil de nuestro maravilloso y mágico periné femenino.

Es la sociedad de la vida “urgente” la que va reclamando a los padres una adaptación imposible de gestionar sin que haya ningún “mal herido”.


En “Crecer criando” comenzamos el movimiento SLOW MATERNITY.
Estoy convencida de que no es fácil para las mamás hoy en día practicarlo activamente en casa, supone, al igual que el movimiento slow food, crear diferentes ritmos  y sacrificar algunas circunstancias, sacrificar tiempo, quizás tiempo incluso para ganar un dinero con el que permitirnos algunos “lujos” más allá de lo necesario.

Vamos a evaluar ideas creativas y posibilidades para las familias con niños de diferentes edades en las que veamos como vivir una maternidad más lenta y conciente.

Cuanto más pequeños sean los niños, es más fácil introducir los cambios, pero esto no quiere decir que no podamos hacerlo con niños mayores o incluso adolescentes, solo que en estos casos será necesario recuperar el “tiempo al tiempo” perdido. E incluso el perdido por nosotros los adultos!!

Para niños entre 0 y 3 años

  • El tiempo del pecho es el tiempo del pecho, es un momento único en el que se establecen los contactos que duraran para toda la vida, no solo con la madre sino con el propio cuerpo y emociones básicas. Igual que hacer el amor con nuestra pareja, este es un momento intimo, lo que no quiere decir que no se vaya a dar el pecho en público ni mucho menos, esa es una elección de cada mamá, simplemente que mamá debe tener el espacio interno para entrar en intimidad con su bebé en ese momento, sobre todo los primeros 6 meses (por no decir dos años!!) son momentos en los que si nos fijamos bien, las mamás realmente conectadas con sus bebés están como medio ausentes del resto de la humanidad.

  • Salidas comerciales: Al menos hasta los dos años, evitar todo lo posible salidas innecesarias para nuestros hijos como ir al centro comercial, al restaurante repleto de gente, a hacer compras y recorrer ciudades y si tenemos la gran suerte de que otro también se pueda ocupar…evitar el supermercado. Esto genera una sensación de prisa constante en los pequeños, estímulos que ellos no pueden aún comprender y la ansiedad por comprar y obtener se va sumando al cansancio que generan esto lugares, a la desconexión entre los miembros de la familia y normalmente a las necesidades básicas insatisfechas porque estos lugares nos mantiene a “raya”,  los niños acaban aguantando horas y horas de paseos interminables sin ningún sentido en los que nos conectamos a través de “comprar cositas” y luego nos preguntamos: porqué este niño pide todo el tiempo?

Puedo compartir mi experiencia. Nuestra hija no sabía lo que era una juguetería hasta más o menos los tres años, si pasábamos por alguna saludábamos a los muñecos en la puerta o entrabamos para conversar con ellos, ella se iba llena, completa, habiendo jugado. En mi bolsillo volvían las mismas monedas y hoy no pide nunca con prepotencia que le compremos cosas en las tiendas.

  • Evitar tener pantallas lumínicas en casa encendidas mucho rato con las que los niños se entretengan jugando. Me refiero a aparatos de todo tipo como Ipads, Iphones, tv´s. Mantener a los niños alejados de teles y demás hasta los dos años es un regalo que la familia lo agradecerá después, porque de lo contrario el chupete electrónico luego hace sus efectos y nos encontramos con niños adictos al encuentro cercano y permanente que les provee la televisión pero desconectados de su “centro” y con poca paciencia y habilidades comunicativas para estar compartiendo la vida con otros. Yo creo que la tele es una de los sustitutos más bestiales que hemos encontrado para la “atención exclusiva” necesaria. Muchos padres si nos quitan esta posibilidad no sabemos que hacer con los hijos. Esta tarde una alumna vino a compartir la sesión con su hijo de 4 años, el suele mirar mucha televisión. Mamá está embarazada y me dice como es lógico: recurro a ella cuando estoy cansada y no me puedo mover más. Lo miré y le dije que podía jugar con los cojines de la sala. En 10 minutos la sala era una torre de cojines para trepar y el había imaginado rapidamente un escenario creativo en el que los adultos no tuvimos que mover un dedo!!! Había pasado jugando allí 30 minutos sin que nadie tuviera que “animarle la fiesta” y no se quería ir de la sesión ni con la promesa de que iría a jugar al parque. Creemos que la televisión es una opción que nos aliviará trabajo. Está más que comprobado que tanto los niños como nosotros podríamos pasar horas frente a la pantalla, cada vez más desprovistos de ácidos grasos preciado alimento para sus cerebros en formación, sin embargo esto nos vacía, nos hace perder un tiempo preciado de vida, nos hace sentirnos “urgentes” pasando de un canal a otro, de una publicidad a otra, de una compra a la siguiente, de una noticia drástica a la próxima. Ponerles la tele permite que estemos a tono con la vida FAST. También nuestros hijos pueden tener un buen lugar en la cocina para pintar a nuestro lado o para hacer las tareas del hogar y cocinar junto a nosotros, en cambio llegamos a casa con poco tiempo y hacemos mil cosas mientras miran la tele. Pero esta costumbre necesariamente la inculcamos los padres!!! Ningún bebé nace sabiendo lo que es una tele ni un chupa chup como “premio”…

  • “El azúcar como premio” . Nosotros comemos un chocolate y muchas veces decimos “me lo merezco”, tenemos socialmente metido en el ADN que el azúcar nos recompensa por alguna acción bien hecha. Nos premiaban con un buen postre, nos castigaban sin el. El azúcar genera la “ilusión” de un aporte rápido de energía que luego nos sube un escalón y nos baja dos. Esta directamente relacionado con la hiperactividad tanto en niños como adultos. Hay extensa bibliografía sobre el tema para quien quiera investigarlo aunque no es el cometido de esta nota, pero en resumen entramos en el “bucle” del azúcar y es un circulo vicioso. Los niños están desprovistos de energía nutritiva tanto física como emocionalmente porque en el mundo FAST no hay lugar para el natural ritmo que un niño trae. Si se quedan aislados frente a las pantallas lumínicas y consumen diariamente una alta ingesta de alimentos azucarados o con harinas refinadas, acaban “forzando la máquina” lo que les genera un superficial ritmo hiperactivo y la imposibilidad a esta altura de “escuchar su propio cuerpo”.

Niños mayores de 4 años

Este cambio es muy particular en cada familia dependiendo de las posibilidades, de los acuerdos internos y de la experiencia de vida que hasta el momento hayan tenido los niños; pero vamos a analizar, aunque no me guste el término, algunas “generalidades”:

  • Tener la disponibilidad para una buena charla. Si vamos a cambiar patrones de comportamiento es importante que ambos padres, si viven juntos sobre todo, puedan llegar a estos acuerdos sin que esto genere una crisis familiar que los niños sufrirían aún más. (Ver nota “adaptación a la alimentación natural y acuerdos en las familias”). Una vez clarificados cuales son los puntos que queremos mejorar entre los adultos, por ejemplo, que nuestros hijos miren menos tele, tendremos que ponernos de acuerdo sobre la manera más adecuada y sencilla para llevarlo a cabo en nuestro caso. Yo sugiero en principio que nuestros hijos NO MIREN LA TELE SOLOS. Si uno de los padres está acompañando al niño interesado por la historia que allí se está viendo es muy diferente al hecho de dejar a los niños solos mirando su película. A partir de esto será más fácil introducir cortometrajes con historias interesantes, nutritivas emocional, visual o intelectualmente, que aporten alguna enseñanza y sobre la que podremos conversar cuando esta acabe (sugiero por ejemplo: Minuscule de Tomas Szabo, animaciones para acercar la naturaleza a los niños. Tambien la película “microcosmos” documental sobre insectos fue lo único que nuestra hija vio antes de los 3 años). Con los más adolescentes o preadolescentes incluso es muy adecuado poder sincerarnos, asumir que en otro momento lo hemos hecho de esta o de otra manera porque no conocíamos algo mejor y que ahora nos parece adecuado estar más cercanos y también queremos aprender. Es muy prioritario para los padres mantener una mirada sin juzgamiento ante los hijos que quieren pasar todo el día frente a la tele, porque estos niños generaron esa costumbre por temas que nacen en la familia y son DE TODOS. Reprocharles ahora diciendo: “te pasas el día frente al ordenador o a la tele”, seria igual que decirles…ahora no puedes conectar con tu mamá sustituta que te dio mirada incondicional todos estos años!!!!
      Es crudo, pero es.

  • Favorecer el contacto corporal ningún niño que tenga a mamá bailando 15 minutos en la sala o haciendo una auténtica “guerra de cojines”, preferirá quedarse frente al televisor. También las actividades corporales fuera de casa y en contacto con la naturaleza.

  • “Aprender a esperar” Mi hija de cinco años, a dos calles de casa, se puso a llorar enfadada porque quería agua y para el agua, mami, no hay que tener paciencia, me dijo…es agua. Le explique que debía esperar, no había tiendas en el medio y estábamos cerca. Ella estaba cansada, esta claro que no era el agua su problema. Pero llegamos, cenamos y le puse un pequeño video sobre niños con hambre en el Africa. Lo miro con atención. Conversamos lentamente sobre como alguien les traía comida y sobre que podía pasar si la comida no llegaba. Sobre la paciencia que ellos tenían esperándola. Conversamos sobre el agua y la paciencia y también sobre la muerte. Esto también es slow maternity. Parece drástico? Pero fue un movimiento amoroso y a partir de allí, al agua y la comida se agradecieron de otra manera. Mis propias urgencias eran las que ella expresaba. Los padres nos estresamos extremadamente hoy en día por cumplir las necesidades de los hijos sin demasiada espera, los niños ya no tienen 5 hermanos y normalmente tienen que esperar poco para cualquier cosa. Creo que aprendiendo a esperar también transmitimos la capacidad de espera

  • Y sobre todo…muy sobre todo, hacernos verdaderas preguntas, disponernos a un proceso terapéutico en el que podamos revisar concientemente por qué estamos donde estamos, que herramientas tenemos para llegar donde queremos ir y cuales nos faltan pero podemos construir. Esto libera a nuestros hijos, les quita peso y etiquetas y a nosotros nos hace GRANDES, crecidos, adultos espirituales. Seguramente no evitará que nuestros hijos el día de mañana pasen situaciones difíciles o retos en la vida pero nos permitirá en aquel momento mirarnos sinceramente a los ojos y poder acompañarnos con mayor profundidad.

No tenemos vidas perfectas, es una mentira que nos fuimos contando, pero podemos darnos espejos reales donde mirar y proyectar lo que querramos construir.
Yo deseo una slow maternity, para todas las madres del mundo aunque les dure un minuto y medio y mañana tres minutos y el mes que viene cinco. Creo que 5 minutos de mirarnos a los ojos valen toda una eternidad


Por eso esta nota está dedicada a mi papá.
Que me mira a los ojos, que se hizo verdaderas preguntas y se cuestionó incansablemente, asumió muchas veces sus errores y me contó sobre las herramientas con las que el mismo no contaba e intentaba construirse.
Y aunque no fue incluido, aprendió a incluirme cada día.
Así me da herramientas para mis incógnitas y aporta sus ideas y horas de lectura para que la Crianza Inclusiva y el proyecto de Crecer Criando sigan creciendo.

Recomiendo el libro “El poder del discurso materno” de Laura Gutman. Explica extensamente como utilizar el trabajo sobre nuestra biografía humana para hacernos preguntas que realmente “nos muevan el punto de encaje”.



Las fotos de esta nota son de Fiona Mettini

"Mi hijo muerde" Ideas para hacernos preguntas en la solución de conflictos con los más pequeños


Esta nota está dedicada con amor y agradecimiento a María y su niño de 2 años. Aquí transcribo su consulta:

“Sobre los mordiscos de mi hijo”
no se como solucionarlo lo intento casi todo ahora me muerde solo a mi. especialmente cuando esta emocionado A su padre nunca le muerde y a algun niño, pero no lo hace siempre...procuro estar bien y calmada pero hay dias en q me ha mordido entre 6 y 7 veces...seguro que soy yo pero estoy perdida...


Antes de pensar en mordiscos me recuerdo a mi misma una vez más, que criar INCLUSIVAMENTE conlleva la inclusión de todos nuestros aspectos ocultos, mostrados en este caso por los niños en edad de ser criados.

Esta es la tarea que se hace más difícil de traer al día a día y solemos caer en posibles generalizaciones que nos distraen del objetivo principal:

CRECER EDUCANDO Y NO “EDUCAR AL CRECIMIENTO”

En el conocido libro de psicosomática “La enfermedad como camino” dice:

“Desde luego, los padres no tienen la culpa de los trastornos de los hijos, pero los trastornos de los hijos reflejan los problemas de los padres.”

Para mirar este reflejo con atención creo que basta con hacerse hondas preguntas que no siempre ponemos al alcance de nuestra mano, en este caso particular para que sirva de ejemplo, yo pregunto:

-que significa: Muerde cuando se emociona?
 Cabría aclararse uno mismo a que llamamos que el niño se “emocione” y si en ese caso la emoción la vivimos como algo “positivo” o “negativo”.
Si mi hijo muerde a menudo cuando se emociona de amor y no lo hace en modo alguno lastimando, simplemente es una muestra de juego “animal” maravilloso que lo descarga y lo conecta con el otro, creo que solo basta con que yo pueda transmitirle a través del juego que yo mism@ puedo morderlo sin hacer fuerza  (es así como nos conectamos corporalmente como las lobas con su cría: cuando la cria se pasa de fuerza, la misma loba la empuja y la rechaza un momento hasta que vuelven a jugar, de este modo la cría va aprendiendo cual es la “fuerza permitida” en su manada para que ello no implique un comportamiento agresivo).
Visto desde este punto de vista este “juego corporal” de morder potencia las experiencias sensitivas, permite conocer el propio cuerpo y el de mi compañero de “juego”, descargar energía, conectarse más allá de lo mental y  con suerte, si este tipo de contacto se mantiene desbloqueado en el futuro, será una impronta maravillosa que permitirá un mejor dialogo con la propia sexualidad y sensualidad del individuo, etc, etc.

Si por el contrario muerde con ahínco y frenesí, con fuerza y/o enfado cabe seguir preguntándose:

-Muerde con rabia cuando está frustrado? Y qué ha sucedido antes de que muerda?
-O…Cómo estabas tu internamente con su papá?

El acto de morder descarga “agresividad”, la agresividad por otra parte no necesariamente es “violencia” sino la capacidad de “ir hacia…”, Incluso una capacidad necesaria para la creación, para el acto sexual y todos los actos reproductivos o creadores que realizamos en nuestra vida.
Gran parte de los estados hoy llamados “depresivos” están relacionados con un brutal bloqueo previo de la agresividad que lleva al individuo a “aparcar” esa posibilidad maravillosa e intrínseca de “ir hacia la vida, hacia la acción , hacia el movimiento vital”.

Nos morderíamos tanto las uñas, nos morderíamos de noche o nos sentiríamos tan enfadados habitualmente si en lugar de haber sido castigados; mal mirados o  “NO INCLUIDOS” por alguna conducta agresiva, mamá o papá (con algún buen trabajo personal encima) se hubieran sentado de nuestra parte…a nuestro lado poniendo palabras a lo que estábamos sacando a la luz de sus propias emociones o rabias escondidas.
Y si siendo mayores nos hubieran acompañado pacientemente a descubrir que nos había llevado a esa emoción? (generalemente a partir de los 3 o 4 años cuando los niños ya no están tan fusionados está claro que en muchos momentos son sus propias rabias o frustraciones las que salen a la luz)

De ello se desliga otra pregunta:

- Muerde si está plenamente incluido o en cambio lo hace si antes fue apartado porque hizo algo "fuera de lugar"?

Es evidente que si las expresiones de rabia son previamente bloqueadas este niño (con gran sabiduría) buscará las vías de escape necesarias para poder “drenar la infección” a tiempo antes de que eso se transforme en un estrés perjudicial para su organismo.
Esto lo hacemos en gran medida “todos los animales”!!!

Cada familia y cada persona vive situaciones diferentes, en este caso conozco bastante de cerca vivencias por las que ha pasado el niño (para ejemplificar: va a una guardería en el mismo lugar donde su mamá  es maestra y desde que era muy bebé tuvo que “aguantar” que aunque mamá está allí no puede acceder a ella con la fluidez que todo bebé hubiera deseado, mamá a la vez ha tenido bastantes momentos de rabia por encontrarse en situaciones en las que las demás maestras no aplican la pedagogía del modo en que ella lo hubiera preferido, dejándolo llorar entre otras cosas y sin embargo verse aún más limitada de poder expresarlo porque las mismas sean sus propias compañeras de trabajo, esto sumado a su historia personal, hacen que la capacidad que en apariencia está encontrando su hijo para gritar BASTA! Sea maravillosamente sana)…entonces aquí viene una pregunta muy importante!!!
-Y que haces tu cuando muerde?
Porque… sinceramente…situaciones difíciles pasamos todos, por suerte también nos permiten abrirnos paso en la vida, hacernos fuertes, obtener herramientas fructíferas para el aprendizaje, pasar nuestra experiencia, aprender a comunicarnos con otros, incluso a base de ensayo y error (está claro que si muerdo hay algunas consecuencias, por ejemplo a mamá no le va a gustar, papá me pone cara de perro o el compañerito llora porque le hice daño). Lo que yo creo que cabe preguntarse aquí es cómo encontrar maneras de transmitir a nuestros hijos las consecuencias que tienen sus actos sin que por ello sea necesario (ni siquiera internamente) “DEJARLOS EN EL RINCÓN”. Si puedo simplemente afirmar: “esto me ha dolido, ahora ya no quiero jugar por un rato”

Si podemos responsabilizarnos de la parte que a nos toca, de la cara  de la moneda que  yo puedo ver y para la que el niño no tiene palabras, estaremos todos más cerca de que hijos y padres podamos ser realmente honestos con nosotros mismos.
Hoy nosotros. Mañana nuestros pequeños…Tendremos la enorme posibilidad de preguntarnos a nosotros mismos qué nos sucede Y encontrar las respuestas más cercanas al corazón que a la cabeza.

 En el momento en que las mordidas se pongan “feroces”!!! podríamos decir, por ejemplo: Hoy yo me siento rabiosa, estoy cansada, quiero que alguien me sostenga y me abrace a mi y no tengo más fuerza para seguir, por ello he desconectado muy probablemente, quise hacer de cuenta que todo estaba bien y sin embargo aquí me tienes…querría estar mordiendo a todo el barrio, Y fíjate como …tu lo haces por mi.
Ahora lo veo.  Estas libre y yo llevo esa carga. Tu eres el pequeño y yo la grande (dirian las constelaciones familiares)

Normalmente estos ejercicios a conciencia, no pasan desapercibidos. En menos de 10 días cuando mamá emprende realmente esta actitud en su interior los niños se ven liberados de esa fuerza.
No se trata de tener vidas idílicas o de no expresar lo doloroso. En absoluto.
Creo que se trata de animarse a encarar vínculos profundos, verdaderos, arriesgados, en los que podamos decirnos lo que duele sin necesidad de que el otro caiga en el olvido.

El mejor rinconcito para empezar a tejer estos vínculos es con nuestros hijos y con nuestras parejas. Con quién podríamos sino, haber tenido un acercamiento más intimo?

Los animo a probar…el trabajo es duro pero los frutos dulces y los mordiscos llenos de amor.
Gracias a las Mamás de Crecer Criando por hacer crecer cada día este proyecto…y a mi de rebote!!!