Cada año
recibo muchos regalos,
Regalos de
la vida, de la naturaleza, regalos incluso del sufrimiento y de las
posibilidades para aprender.
Las fiestas me parecen un
buen momento de recogimiento y las desventajas de pasarlas lejos de mi país
y las penas que cada año se
sumaban por ello, aprendí a mitigarlas con lo bello del silencio y la libertad
de no estar en circuitos de consumo y comida interminables en los que me pierdo
de “ver” al otro, a mi misma, de sentirme, de encontrarme y de celebrar lo que
en realidad la navidad y el solsticio de invierno significan…nacimiento,
puertas abiertas, transformación, RE NOVACIÓN Y RE NACIMIENTO.
Este año la
vida me volvió a RE NACER y fue más o menos asi:
Venia desde
dentro como un big bang, sentía en mi que muchas cosas ya se estaban sanando y
eligió traspasar “el umbral” el día de los santos sanadores, el 28 de
septiembre a las 5:31 de la mañana, después de un parto intenso y orgásmico en
todos los sentidos, deseando que durara un poco más esa explosión reparadora y
amorosa y a la vez sintiendo un dolor tan profundo en el que supe que otra vez
me estaba perdiendo a mi misma, a lo que yo creía ser, a lo que tenía por
seguro y volviendo a encontrarme un poco más en mi esencia.
Saltando al
vació en la oscuridad de ese precipicio, sabiendo que la voz de mi marido
estaba cerca, pregunté varias veces:
-¿estás ahí
mi amor?
- Estoy acá
respondía el y tocaba suavemente mi cuerpo casi quebrado de explosivo y
doloroso Amor puro.
Ahora miro
respirar a “Ciro” en paz, hace ya tres horas que descansa pleno y mi
desbordante energía aún me recuerda la gran diferencia de un nacimiento propio,
de un parto no robado.
Ciro llena
de suavidad ese espacio en mi… aquél en el que hace 8 años vi nacer a Luna en
una cesárea dolorosa de la que
pude ser poco participe, aunque amorosamente cuidada gracias a que mi amiga
Leticia era quien la traía al mundo.
Me siento
esta navidad plena de natividad y de amoroso re nacimiento
soy
otra…otra vez, una segunda vez renaciendo para Crecer criando a mis hijos.
La
dolorosa y maravillosa vorágine de un parto respetado y sentido plenamente sin
más medicación que unas flores de bach, las palabras de las mujeres sabias
alrededor de mi en
el calor de casa y en el color del amor de Salvador, hacen de mi un océano de
fuerza.
Cada año me gusta
recordarme que no es a comprar o regalar a lo que nos encontramos, sino a
renacer y a disfrutarnos. A celebrar los nacimientos y a respetar a aquellos
que han nacido hace menos tiempo que nosotros, los NIÑOS.
Respetar sus tiempos, sus
sabores, sus ganas de jugar más que de pasar largas horas hiper estimulados o
exigidos.
Recordarnos
a nosotros quienes éramos más cerca de lo que pensamos que deberíamos ser o que
deberíamos haber sido o haber hecho.
RE
cordar….volver a pasar por el corazón, como dice Galeano
la
MARAVILLA DE ESTAR VIVOS Y QUE NOS DURE TODO EL AÑO.
Gracias a
los que me acompañan de cerca, más allá de las redes y los enredos, a los que
me tocan de cerca y me viven y vibran sus vidas a mi lado y me llaman y me
besuquean y me babean incluso a la mañana…gracias. Sin ustedes mi vida estaría
tan vacía.
Gracias a
Salvador que me vio nacer otra vez este año con nuestro hijo y riega cada día
las semillas con ardua labor.
Gracias por
el regalo de mis hijos hermosos
Y Gracias a
las increibles mujeres de Neixer a casa que me acompañaron a nacer
Garcias a
mis mejores amigas en el chat de buenos aires, por tirarme buenísimos aires
todo el tiempo y también sostenerme de infinitos modos y a todas horas.
Gracias a
mis nacedores padres por saber la importancia de hacer más presencia que
regalos.
Gracias a
mi mamá por mil días de abuela en navidad, armando árboles naturales y cocinando
con amor para que mis hijos se acuerden de lo importante de jugar.
Gracias a
la vida que tiene a Dianita en lo más sano de su corazón latiente y la guarda
bien protegida y la impulsa a lo mejor de si para sanarse. Gracias porque tengo
las mejores mejores amigas del mundo que son mis hermanas.
Les deseo a
todos estas y más enormes felicidades, a quienes conozco de cerca y de lejos,
en red o en piel, a quienes viven o no en mi país y en otros que también son
mios y de todos, les deseo la plenitud de tocarse entre ustedes, de sentir un
abrazo real, de tener buenos amigos, de pasar unas fiestas sin caretas.
Les deseo
la plenitud de tener trabajos apasionados en los que disfrutar el día a día.
Les deseo que vean el dinero como una energía más y que si falta sepan generarla,
les deseo que recuerden en cada crisis las posibilidades de cambio y re
novación.
Renacer a
la plena integridad
Y
conciencia
Felices
fiestas a todos
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